La aguja era mía, no del hada malvada. Excuso decir que en mis años mozos, que son todos, compartía ciertos gustos con Sherlock Holmes, y no era precisamente el gusto por Watson. Los compartía en diacronía, claro; yo soy mucho más joven que Sherlock. De hecho, como todo el mundo sabe, soy eternamente joven y bella, gracias a tanto sueño. Dormir es estupendo para la piel. Ah, y el príncipe no vino "a" caballo; las preposiciones, como todo, hay que usarlas con propiedad. Ni que decir tiene que no fue su beso lo que me despertó. Nunca son sus besos. Sus besos me aletargan. Su sangre no es azul. Los demás tampoco dormían de sueño. Pero alguien contó mal el cuento.
domingo, 4 de marzo de 2012
Si la Bella Durmiente fuera poeta... 13:32
Etiquetas:
diacronía,
La Bella Durmiente,
Sherlock Holmes,
Watson